Municipios y Desmunicipalización de la
Educación
PARCIAL
VARIANDO A NUBLADO
Luis González Reyes
Presidente Centro de Estudios Para Asuntos
Docentes
CEPAD
En 1981 se iniciaba la llamada Municipalización de
la Educación Fiscal. A ese y otros cambios estructurales –así por ejemplo la
creación de las A.F.P.- se los denominó, por el gobierno de la época,
“modernizaciones”. Como se diría en jerga vaticana, “aggiornamento”.
Las razones esgrimidas para dicho proceso fueron
variopintas, siendo la principal de ellas el descentralizar el servicio
educativo fiscal, asignándole dicha función a las municipalidades, para cuyo
efecto se les traspasaba la administración de los colegios, dada la mayor
cercanía de ellas con estos. Se creía, ¡¡Oh, los actos de fe!! que ello
permitiría que los municipios pudiesen cautelar mejor tanto la estructura como
las necesidades de los centros educativos y su entorno.
Se argüía, además, que mejoraría la calidad de la
educación, esperándose ¡¡oh, los actos de esperanza!! que, con ello, los
caminos de la educación fueran más eficientes y placenteros.
En lo principal, la municipalización trasladaba la
función educativa del Estado hacia los individuos, sus familias y el mercado;
en suma y resumen, finalizaba el Estado Docente y de Compromiso para ser
sustituido por el Estado Subsidiario.
Ante ello, le Iglesia Católica, mediante el
documento “El educador, servidor de la vida”, criticó el traspaso de los
establecimientos públicos a las municipalidades y corporaciones, expresando que
dicho proceso, “haría bajar la calidad de la educación y no evitaría el lucro”.
Corría 1986 y, en ese mismo año se traspasaban los centros educativos de
nuestra ciudad; los docentes –para oponerse a ese proceso- crearon el Frente de
Defensa de la Educación Pública, organizaron protestas y marchas -contando
incluso con la presencia del Obispo de Aconcagua, Manuel Camilo Vial
Risopatrón- convocaron a un plebiscito, en el cual el 97% de los votantes se
pronunció en contra de la municipalización. En esa lucha destacó la figura
señera del Profesor Pedro Barrera Quezada.
Transcurridos ya 32 años del inicio de la
municipalización, ante el altar de la educación han oficiado todo tipo de
chamanes e ilusionistas. En este tiempo casi todo se ha modificado, se han
creado normas, leyes e instituciones (la gran mayoría con sus respectivas
siglas) tales como Ministerio de Educación (MINEDUC), JEC (Jornada Escolar
Completa), Nuevo Currículum, Superintendencia de Educación (Supereduc), Agencia
de Calidad, Evaluación de Desempeño Docente, SIMCE (Sistema de Medición de la
Calidad Educativa), Consejos Escolares, Facultades Delegadas, Nuevas Prácticas
Pedagógicas, AEP (Asignación de Excelencia Pedagógica)… algunas que se olvidan
como Bono SAE, Ley de Calidad y Equidad de la Educación (propiciada por el
Senador Ignacio Walker y Joaquín Lavín) –y que permite, entre otras medidas,
que los Directores no sean Profesores- solo por mencionar algunas, dentro del
frondoso pero no frutal árbol educativo. Lo único que permanece intocado y casi
inalterable es, por una parte, la municipalización y, por otra, la crisis de
equidad cuya manifestación es un sistema segmentado y discriminatorio, que además
considera la educación solo desde el punto de vista de resultados
cuantitativos, -olvidando entre otras cosas- que es un medio de inclusión
social. Ello acontece –y no es porque la municipalización no haya sido
criticada desde hace más de 25 años y, prácticamente desde su inicio que el
Magisterio pide su anulación, dado que el Estado Subsidiario ha modificado los
objetivos finales de la educación, pensándose e intencionando que basta
capacitar a los jóvenes, adicionándoles “capital humano” enfocado solo al
ámbito económico como mero productor y consumidor, para que seamos una
fotocopia infeliz del Edén.
Todos los estudios, tal como los del Comité Asesor
Presidencial de 1994 hasta el Panel de Expertos del 2011, han solicitado el
cambio de la municipalización, ello no significa –como algunos lo distorsionan-
que toda la Educación deba ser totalmente estatal. Eminentes académicos y
líderes espirituales se han pronunciado en el mismo sentido, como el ex Rector
de la Universidad de Chile, Luis Riveros, quien ha expresado que “es necesario
revisar el proceso de municipalización, que ha dado malos resultados” (Revista
Occidente Nº 424).
El Alcalde de Los Andes, Mauricio Navarro, en el diario
La Tercera del 17 de julio de 2011, expresaba: “No me parece que los colegios
sean de administración municipal, porque hay mucha desigualdad en las comunas”.
Sin embargo, en Radio Biobío –y su correspondiente página web www.biobio.cl-
el 25 de mayo de este año hablando, no se sabe si a nombre propio o de otros
alcaldes, expresa: “La mayoría de los alcaldes concuerdan en potenciar el sistema
y no optan por la desmunicipalización”. Es su derecho –si así ha sido- cambiar
de opinión, después de todo nadie quiere perder poder, pero es necesario
puntualizar que la municipalización es ilegítima en su origen, resultado de una
imposición y no de un consenso; que no produjo los beneficios que prometió; que
agudiza las desigualdades; que atomizó municipios sin capacidad de gestión en
Educación; que, como muestra la experiencia internacional, el financiamiento
subvencionando por alumno solo tiene un incentivo complementario, pero
habiéndose garantizado antes un piso suficiente; pero, sobre todo, ha producido
una educación que integra a los jóvenes solo al mundo laboral, lo que Martha
Nussbaum llama la “lógica de la rentabilidad”.
Si se decide optar –como puede parecer legítimo-
por continuar con la municipalización de la educación, no se diga después que
los aportes municipales a ella impiden mayor “gasto” social de dichas
instituciones. Reformar el sistema es como poner vino nuevo en odres viejos, lo
que se requiere es cambiar estructural e integralmente el sistema educativo.
Luis González Reyes (*)
Presidente de CEPAD
Centro de Estudios Para Asuntos Docentes Los
Andes
http://cepad.blogspot.com
(*) LUIS GONZÁLEZ
REYES es Profesor de Historia y Geografía, ex Director A.F. y ex Inspector
General del Liceo Maximiliano Salas Marchán de Los Andes, ex Director Instituto
Agrícola Pascual Baburizza, ha sido miembro elegido democráticamente del Consejo
Económico y Social de Calle Larga (hoy Consejo de Organizaciones Civiles), dos
veces Presidente y dos veces Secretario Provincial del Colegio de Profesores,
Tesorero de la Liga Protectora de Estudiantes, Vicepresidente de Cooperativa de
Servicios Solidarios Regional Aconcagua, Presidente y fundador de CEPAD, galardonado
como Andino Destacado por la Municipalidad de Los Andes en 2012, agudo escritor
y orador, ha publicado infinidad de artículos, ensayos y discursos sobre
educación, medio ambiente y otros temas en la prensa local y en numerosas
reuniones, charlas y conferencias en distintas organizaciones.